2.- Acorralado… felino🐈
Los gatos!!!😻 Menudos elementos. Odiados o adorados. No tienen término medio como les pasa a los perros. Estos felinos han salido de los desiertos y han llegado hasta la propia Big Apple. Es decir, se han adaptado a nuestras costumbres, y somos nosotros, los que no nos hemos adaptado a ellos. Siento decirlo… o no, pero soy un enamorado de estos animales, a lo mejor porque va con mi personalidad o simplemente porque es lo contrario🤔.
Siempre han estado en la picota, liados con las brujas, daban mala suerte🐈⬛, los disecaban, diana🎯para cazadores inexpertos o sus entrañas servían de afrodisíaco. Muchas penurias, pero ahí siguen, dando lata, ¿¿quién dice que no se saben adaptar?? Es cierto que hay una diferencia entre los dueños de los gatos y los de los perros. Son distintos. En general, los dueños de los gatos son más… como te diría? Son más “artistas”, y dentro de ellos, siempre está el que convive con 30 gatos en 20 metros cuadrados para así verlos a todos juntos😉. Les gusta más a mujeres que a hombres, excepto a ciertos presos, por otros motivos, como vimos en el Expreso de Medianoche😎.
Como los curas, sabes, donde según estén acostados, que parte de la casa está más fresca en verano o más calentita en invierno. Son encantadores cuando quieren, pero eso de tirarle la pelotita para que la vayan a buscar como que NO, “vete tú con tus huevos” parece que te quieren decir con esa cara de no romper un plato😼
Hoy ves a muchos en las consultas veterinarias, la mayoría viven en pisos y permiten que vivan sus dueños con ellos. Van a que los vea la Dra. Doolitle en sobradas ocasiones: vacunas, stress por tener un humano en casa en la pandemia, castraciones, quitar dientes (NO esto no, eso es lo que querrían los presos…) y, sobre todo, aparecen en la consulta por accidentes caseros. El accidente casero típico en un gato genera el llamado Síndrome del Paracaidista. Imaginan el porqué. Algunos vuelan desde once pisos y sólo se hacen tres rasguños, pero como les digo a sus dueños “Jefe, tranquilo, todavía le quedan seis”.
Un día no muy lejano, apareció por el hospital un paracaidista de esos, se llamaba Stallone. Imagínate a ese gato: grande, cabezón, negro.
Que a pesar de la caída, estaba atento a todos tus movimientos, y te “saludaba” ofreciéndote la mano como para estrecharla, con el mítico PSSSS!!! como cuando se abre la puerta de una guagua (autobús para los de por ahí). Un fiera, vamos!!
Se cayó desde un sexto piso, pero parecía que los bajó andando, ¡el tío no tenía ni una mínima herida! Por supuesto, se tuvo que quedar en observación, aunque no sé si nosotros hacia él o de él hacia nosotros. Había confianza con el dueño, hombre esta vez (de los que tiene 30 en 20), y lo dejó por tiempo indeterminado. Lo solía hacer, no sé si tenía que entrar en prisión cada X tiempo o se dedicaba a la recogida de la aceituna🤷🏻♂️. Menos mal que se quedó unos días más😅.
En esos días estaban arreglando el falso techo de la zona de hospitalización gatuna. La Dra. Doolitle llevaba a Stallone en un transportín hacia su BOX (queda mejor esto que decir Jaula no?), y cuando lo abre para meterlo dentro, PSSSS!!! el gato pega un saludo de los suyos, se encarrama a las jaulas y desaparece por el hueco abierto del falso techo. Estuvo vagando por el Limbo de la clínica durante casi una semana. De vez en cuando, sobre todo por las noches, lo oías vagar por todo el falso techo, como un fantasma escocés👻 en busca de una botella de GlenLivet🥃. Había veces, que cuando estabas en la sala de hospitalización y mirabas al hueco, lo veías observándote, como hacía James Stewart en La Ventana Indiscreta pero sin prismáticos. Lo llamabas: “Stallone ven aquí, Stallone ven aquí” pero el gato tan educado que ni caso. Le poníamos la comida y el agua en el rellano de una escalera portátil, cerca del hueco, pero ni con esas. Lo tenía todo controlado, a veces, hasta me pareció verlo tomando apuntes, mientras tratábamos a los otros gatitos allí hospitalizados. No sé como lo hizo pero aguantó todos esos días. Un día me lo encontré cerca de las jaulas de los otros gatos, como sublevando a la plebe, me miró, me pareció que me dijo algo, y nuevamente aprovechó la escalera que habíamos dejado, y pá dentro otra vez. Llegamos a claudicar🥴, hasta que un día, estando ya cansados, regresó de sus vacaciones el Dr. Doolitle McGyver🕵🏼 Le planteamos la situación, observó el terreno, sacó el mapa, hizo sus mediciones, y nos dijo “Yo me encargo” (tarararatara…música de El Padrino). Esa noche trabajaba de urgencias nocturnas, como casi siempre🤡, tenía tablas, así que lo dejamos en el hospital y nos despedimos de él, “hasta mañana Dr. Doolitle McGyver, ten cuidado”. Cuando llegamos al día siguiente, nos encontramos a Stallone con cara de aburrido😾 dentro de un transportín, ¡¡lo había conseguido, lo atrapó!! El apodo de McGyver le viene al pelo. Había cogido un bolígrafo BIC, aquellos de “Bic naranja, escribe fino, Bic cristal, escribe normal, Bic, Bic…, Bic, Bic, Bic”, y preparó una pequeña cerbatana, esperó agazapado a que apareciera por el hueco, y…. PUM, lo sedó. Luego, tuvo que ir con linterna en una mano, y escalera en la otra, levantando los plafones del falso techo en busca de su presa adormilada hasta que la pilló👏👏
A Stallone lo vinieron a buscar al día siguiente, en el momento justo. Lo despedimos desde lejos😂😂, y al Dr. Doolitle McGyver le dimos un fuerte abrazo sin poder estrecharle la mano ya que tenía estampado un buen código de barras made in Stallone “No importa, son gajes del oficio” y dándose un lametazo en la herida, emocionado por nuestra alegría y cansado por la noche, dijo muy metido en su papel: “que no llegue lejos, que parezca un accidente” (tararatarararata………). 😹😹😹 Y tú? Eres de gatos… o gatas?
Saludos Mey’s 🤘🏽BT🍺
Buena historia... 👏👏👏Y esperando la siguiente.
ResponderEliminarGracias Luigi 🤘🏽🍺
EliminarTan real como que lo viví, mejor contado imposible ... eres un crack , a por la siguiente para hacernos sonreír un poquito
ResponderEliminarGracias Olí🐈
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